miércoles, 28 de diciembre de 2011

OTRO CUENTO DE NAVIDAD




Por: María Teresa Fuenmayor Tovar

         Aléxida llegó feliz a casa de su abuela.¡Navidad! ¡La ocasión más alegre para encontrarse con toda la familia! (Las otras ocasiones “grandes” ocurrían cuando alguien fallecía…pero era todo tan aburrido…)
Nada más entrar una mezcla de olores agradables llegó a su nariz: hallacas, pan de jamón, ponche crema, dulce de lechosa, ropa nueva…
Entró corriendo y se lanzó en brazos de “Mamagrande” (Su mamá la había acostumbrado a llamar así a Doña Gume -su nombre era Gumersinda-  en lugar de utilizar el común “abuela” para que “no la pusiera vieja”)
       Eran siempre los primeros en llegar (una semana antes), por eso participaban en todos los preparativos: la elaboración de las hallacas (Le encantaba ayudar a colocarle “los adornos” y comerse a escondidas unas cuantas pasas en los momentos de descuido de los adultos), acompañar a las tías a realizar las compras de última hora, el ensayo de villancicos y aguinaldos con su tío Ernesto…  Este llegaba, cuatro en mano, y organizaba el ensayo. Todas las noches de 7 a 9 ¡Adiós televisión!…Todos en la sala reunidos a ensayar aguinaldos y villancicos tradicionales amén de los nuevos cantos que agregaba el tío, músico autodidacta y compositor, de su propia cosecha.
Tres sonajas hechas con chapas de refrescos , un cuatro y un tambor improvisado con una lata de leche, más la alegría de cada uno eran suficientes para formar “la parranda” . La tía Alicia se encargaba de ir haciendo la lista, organizando así el orden en que se cantarían los villancicos  el 24 de Diciembre. Porque esa noche, a las 12 en punto, reunidos todos alrededor del pesebre grandísimo
cantaban con gran alegría el Nacimiento del Niño Dios.
Entre las imágenes de María y José, el pesebre que había pasado todo el mes de diciembre vacío, cubierto apenas con un pañuelito blanco era ahora ¡Al fín! soporte para la hermosa imagen del Niño Dios, importada de España, una preciosidad.
Y ese momento de algarabía era, justamente, el que aprovechaba el Niño Jesús para pasar por el cuarto de la abuela y dejar sobre su cama los juguetes para todos los niños presentes.
Cuando concluía el canto del último aguinaldo de la lista todos se apresuraban a ir al cuarto de la abuela. Los pequeños a buscar sus juguetes, los grandes a indicarles cuales les correspondían.
Porque el Niño Jesús jamás dejaba una nota con el nombre del propietario del juguete en cuestión, (Claro, era tan chiquito que no sabía escribir) pero los adultos sabían (¿Cómo? ¡Misterio!) lo que correspondía a cada cual.
Este año la sensación fue la muñeca grandísima que el Niño trajo a su prima Brigitte. No sólo era enorme (Le llegaba hasta la cintura) sino que ¡Tenía cabello! Una verdadera melena rubia que le pasaba de los hombros.
Aléxida la miraba extasiada a la vez que observaba a Brigitte con admiración…¡Su prima tenía qué haberse portado super bien todo el año! Aléxida que no era traviesa y más bien tenía fama de tranquila y juiciosa, había recibido del Niño una muñeca pequeña, poco más grande que su mano. Aunque era linda y además abría y cerraba los ojos dependiendo que estuviera de pie o acostada y le gustó mucho, sin embargo, pronto la dejó olvidada sobre el sofá. Mientras los adultos bailaban ella y Brigitte jugaron con la muñeca grande. El resto de sus primos eran varones, así que andaban persiguiéndose, organizando carreras con los carros a control remoto recién estrenados o lanzando fuegos artificiales desde la platabanda de la casa mientras ella y Brigitte peinaban sin cesar a la muñeca y le cambiaban el vestido por otro que había traido “de repuesto”.
Su prima no solo le permitía jugar ella, sino que le dijo que sería la madrina y podría ponerle nombre.
Jugaron hasta que el sueño contenido pudo más que sus deseos de jugar y se quedaron dormidas placidamente abrazadas ambas a Beba, como había decidido Aléxida que se llamaría la muñeca de Brigitte.


Sitio web de la imagen: http://www.soberania.org/Articulos/articulo_4609.htm

lunes, 26 de diciembre de 2011

EL PAYASO






            No era un payaso feliz -como los de las canciones infantiles- pero tampoco era un payaso triste - como los de las canciones para adultos-. Era simplemente un payaso de la vida real. Y por ser tan real, su vida estaba llena de claroscuros, de alegrías y tristezas que se sucedían unas tras otras.
            Hoy esperaba en el andén del metro a que llegara el siguiente tren. 
           Se sentía un poco cansado y por ello en lugar de situarse - como la gran mayoría - justo detrás de la franja amarilla para asegurarse un puesto en el vagón, permanecía con la espalda apoyada de la pared. 
           Llevaba gafas muy oscuras que ocultaban sus ojos. No sé por qué llevaba unos anteojos tan oscuros, pero los llevaba sin importarle que yo no supiera por qué. Total, él era el protagonista de la historia y yo, simplemente, la escritora que trataba de sacar un buen relato .
           Giró un poco la cabeza hacia donde yo estaba y una sonrisa se dibujó apenas en sus labios. 
           La criatura frente al creador. o el creado frente a la creadora...¡Epa, yo no lo había creado! Él era real ¿Recuerdan? Lo que tenía qué crear era la historia. 
          Era un payaso...pero no estaba vestido de payaso ni mucho menos. Vestía normalmente. Pero era un payaso y  yo lo sabía y él no ignoraba que yo lo sabía. Llegó el tren y entre los apretujones logró abordarlo. Hubo muchos forcejeos en ese momento entre los que pugnaban por salir y los que luchaban por entrar. Todo amenizado por la voz del altoparlante con el rutinario  "Dejar salir es entrar antes"  al que nadie hacía caso en Caracas, menos en la Estación Capitolio y para colmo en plena hora pico – aunque ahora que recuerdo, en Capitolio ultimamente todas las horas eran horas pico-.
        Yo no logré subir -el payaso sí-. No pude seguirlo, ni observarlo, ni entrevistarlo. De hecho ni siquiera logré abordar el tren y el metro partió con mi payaso y con mi historia inconclusa y opté por salir de la estación y tomar el bus a casa.
Sitio web de la imagen:
http://www.google.co.ve/imgres?imgurl=http://lamoda.com.es/wp-content/uploads/2011/03/raybanwayfarerkz1.jpg&imgrefurl=http://lamoda.com.es/gafas-de-sol/&usg=__yI030jo5PS_v6GxVhaZG45uLX74=&h=375&w=351&sz=19&hl=es&start=8&sig2=vlsPfR2l6sia8l171GyIaw&zoom=1&tbnid=vzYlXvrK_Fud-M:&tbnh=122&tbnw=114&ei=cd_4Tt_MKMKItwftxYjQBg&prev=/search%3Fq%3Dlentes%2Boscuros%26hl%3Des%26sa%3DG%26biw%3D1024%26bih%3D655%26gbv%3D2%26tbm%3Disch&itbs=1

PRACTICANDO HOKKU




Por: María Teresa Fuenmayor Tovar

¡Qué brisa suave!
La nieve hace figuras:
Flores del aire
----------------------

Flores de almendro
florece así tu imagen
dentro en mi pecho.

NOTA: 
El conocido haiku de la poesía japonesa nació del hokku. Para recibir clases gratuitas de poesía japonesa, practicar, participar en concursos, sigan el link:

domingo, 25 de diciembre de 2011

HUELE A NOSTALGIA



Por María Teresa Fuenmayor Tovar

Huele a nostalgia.
Se cuela
entre los insterticios de mi alma.

No importa
si el cielo está brillante.

Se huele la nostalgia
entre la tarde.

Si el suspiro susurra
igual te siento
¿Lejos?
Son distancias que mienten...
¿Cómo sacarte de dentro?

Me basta
cerrar los ojos para verte,
tenerte lejos
para cerca tenerte.

Huele a nostalgia
en la orilla
-en el centro, 
contra corriente,
los ensueños idos-.

Sitio web de la imagen: http://www.definicionabc.com/general/nostalgia.php

TÚ OTRA VEZ, SOLEDAD



Por María Teresa Fuenmayor Tovar

Un minuto más y la alcanzaría el nuevo año. Pasó la mano por su cuello enjugando así las gotitas de sudor que, fastidiosas, se deslizaban por él. Se levantó con desgana decidida a darse una ducha. Estaba empapada. Miró hacia la ventana. La cortina quieta, signo inequívoco de la ausencia total de brisa. Ya en la ducha, observó la jabonera adosada a la pared y, perpendicular a ella, colgado, el otro marido como solían llamar en su tierra jocosamente al cepillo para restregarse la espalda. Suspiró y unas rebeldes lágrimas encontraron pronto camino a través de sus mejillas.
¡Había tenido tanta mala suerte con sus maridos...! ¡Con todos! Habían sido duros como el mango de ese cepillo, pero jamás serviciales o colaboradores y menos aún acariciantes como este otro marido. 
Bajo la ducha, cuando ya el agua bautizante había arrastrado consigo sudor y lágrimas se rió de sí misma al pensar que, de todos, el mejor había sido este otro marido inerte y de plástico.
Fresca se asomó a la ventana, sacando la cabeza y medio cuerpo fuera de ella y dejando la soledad dentro del cuarto -sola también-.
Pronto la alcanzaría el nuevo año, se entremezclaba el bullicio de la gente con los sonidos de los fuegos artificiales, la música a todo volumen  que salía de cada casa formando una cacofonía no desagradable sino alegre.
El camino hacia su casa estaba bordeado por las luces navideñas que se había dado la tarea de colocar de árbol a árbol y la oscuridad luchaba tratando de apocar las lucecitas multicolores que seguían triunfantes en su tarea de agregar alegría y color a la noche ya alegre de por sí.
Unas campanadas llenaron el aire y se llegó al culmen esperado: el abrazo de fín de año. 
Volvió dentro de su cuarto, recuperó su soledad y se quedó dormida abrazada al retrato de su último marido...aquel que se había ido justo cuando comenzaba a acomodarse.


Sitio web de la imagen: http://jimegatica.blogspot.com/2011/12/mi-soledad-y-yo.html

DENTRO


Por: María Teresa Fuenmayor Tovar

El amor se fundió con la noche
 y  fecundamos millones de estrellas
 radiantes de sortilegio.

 El amor se llenó de sencillez
 y su dulzura se volvió corazón de arequipe
y ya no fué mas la carnada, por el contrario, 
se volvió cazador para la presa, 
sacapuntas para el lápiz, 
suspiros para el enamorado. 

 Llevo tu amor cambiante y volátil 
 no como un trofeo
 sino como una insignia 
 que dice a dónde pertenezco.

sábado, 24 de diciembre de 2011

ES QUE...¿SABES? NO SÉ LA FECHA EXACTA


Por: María Teresa Fuenmayor Tovar


Quise celebrar tu cumpleaños 
en diciembre como siempre
y me dijeron que no naciste 
en esa fecha
y me dijeron...y me dijeron...y me dijeron...
¡Un montón de cosas!
Sin embargo
aunque a veces quienes usamos tu nombre no amamos
se que eres el Amor
y si no perdonamos
se que Tú trajiste el perdón
y si juzgamos al otro
por la cantidad de bienes que posee
se que Tú elegiste nacer pobre
y aunque tus seguidores
nos sigamos portando mal
continúo tratando de seguirte
a pesar de mis propios traspiés en el camino
Y aunque digan que la estrella de Belén
fué tal vez un ovni
y...digan mil cosas más...
nada de esto empaña
la alegría por tu Natividad
Disculpa, Señor, si celebro en diciembre
-lo hago con amor, creo que es lo que importa-
y es que  con alegría
celebraré -nuevamente-
tu nacimiento este veinticinco
es que...¿Sabes? 
No se la fecha exacta


FELIZ NAVIDAD A TODOS


Sitio web de la imagen: http://visitemosmisiones.com/blog/noticias/esta-noche-pesebres-vivientes-en-obera/


"VAMPIROS AL SOL" (Capítulo 2 de 6)



El Encuentro

Zhaidy organizaba los libros en los estantes utilizando su innato
sentido artístico (los libros eran su paleta del pintor)
Se decía a sí misma que los libros -como la comida- 
entraban por los ojos y tenía una forma especial de ubicarlos, no sólo por temas sino tomando en cuenta la combinación de colores y figuras de sus portadas y esto hacía que la persona que comprara uno interiormente se
programara para regresar a adquirir el de al lado.
De pronto sintió algo como una comezón en la nuca, esa incomodidad
que produce una mirada insistente. Se dio vuelta con un movimiento
estudiadamente casual y le vio. Ah, otro vampiro, por supuesto.
De vez en cuando (muy de vez en cuando) ocurría uno de estos
encuentros, un cruce de miradas, algo de curiosidad (a distancia
siempre) de parte y parte y finalmente el alejamiento...
Continuó su labor, pero la incomodidad persistía. Él la seguía con la
mirada. Tenía en su mano un libro que hojeaba sin ver. Se volvió nuevamente y sostuvo su mirada. Cara común, nada especial,
cabello entrecano, tez oscura...pero había algo...inquietante en su
mirada (aún para ella). Y mientras su mirada le recorría notó el medallón
en su cuello. 
Se quedó paralizada. Llevaba una camisa negra,
algo desabrochada y allí, sobre su pecho, el legendario medallón.
Con su forma particular. Y aún a esa distancia pudo reconocer los
míticos signos. Sus labios temblaron, él lo notó de inmediato pues
contuvo una sonrisa burlona.
Una tormenta se desencadenó en la mente y sentimientos de
Zahidy: él podría liberarla...si lo decidía, si lo quería.
El Mito estaba frente a ella y era real. Era el único que usaba
(el único que podía usar) ese medallón. Y era el único que podía liberarla
de la maldición., el único que podía volverla humana... de nuevo.
Se le acercó. El la miraba de una forma extraña...que no lograba
descifrar.
-Ese medallón...usted es...
No fue capaz de continuar. El asintió simplemente:
-Sí, así es.
-Y usted...sólo usted puede...
-Puedo...si quiero.
Hizo énfasis en las dos últimas palabras y guardó silencio.
Continuó hojeando el libro, ahora recorriendo las ilustraciones con la
vista, como si de pronto hubieran cobrado gran importancia para
él. Como si estuviera solo.
Zahidy se indignó:
-Usted me miraba.
-Y tú a mi, ¿Y?
-Sabe quién soy.
-Sé lo que eres, no quién eres. Hay una diferencia allí.
-No quisiera...no quise...no quiero ser así. Usted me puede ayudar.
El diálogo se había desarrollado sin contacto visual ya que el
persistía en ver las ilustraciones del libro. Ahora alzó la mirada y
con voz repentinamente ronca ripostó:
-Y a mí... ¿Quién me ayuda?
-Pero usted...
-Sí, nadie lo puede hacer. En realidad...ni lo necesito...ni lo deseo...
Mi estirpe es muy antigua, puedo decirlo con orgullo -Sin embargo
había amargura en su voz, Zahidy lo notó de inmediato -pero yo
tampoco elegí. No elegí por mí... ¿Por qué elegir por ti?
Ella lo trataba de usted, él insistía en un con un dejo de ironía en
la voz. Zahidy, furiosa, le dio la espalda ¿Qué quería? ¿Que le
rogara? ¿Qué podría ofrecerle ella a cambio? La incipiente
esperanza se desvaneció dando paso a una punzante frustración.
Dio la vuelta de nuevo...ya no estaba. Sola otra vez frente a la estantería
sentía, sin embargo, su presencia allí, inquietante, como si algo
de su esencia hubiese sido dejado tras sí.Se acercó a la puerta
con rapidez, miró hacia fuera, por la acera (la calzada), por la
avenida...nada. Ni rastro. Pensó que ya no le vería más...deseando
estar equivocada al respecto...y sin saber que en realidad lo estaba.


Sitio web de la imagen: http://www.paleoastronautica.com/058_siglos_7_8.html

lunes, 12 de diciembre de 2011

NACE JESÚS


Por: María Teresa Fuenmayor Tovar

Nace Jesús (Nombre que significa “Salvador”)
trae consigo el mensaje de redención,
la obligatoriedad del amor,
la urgencia de la paz,
la vigencia del compartir…

Viene con humildad (Él, Ser Supremo)
Nace en pobreza (Él , Dueño y Creador de todo).
No le creerán (Él, el ünico que no miente)
y le matarán (A Él el dador de la vida)
.
Nace Jesús
y no podemos ser indiferentes
porque en el día más lindo del mundo
se humanó para estar más cerca (Él, el Omnipresente)
y nos dejó EL MANDAMIENTO:
“Que sean uno como Tú, Padre, en Mí y Yo en Ti para que el mundo crea”

Nació Jesús, y en Navidad recordamos ese nacimiento y festejamos su natividad.
Mis votos para que experimentes su nacimiento, su redención, su amor, su paz.

QUE CADA DÍA SINTAMOS SU RENACER EN NUESTROS CORAZONES.

PARA TI Y PARA TUS SERES MÁS QUERIDOS

FELIZ NAVIDAD

FUENTE DE LA IMAGEN: http://sanfontibon.blogspot.com/


domingo, 4 de diciembre de 2011

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO




Por Marìa Teresa Fuenmayor Tovar 
Helga...Helga...tenía algo de brújula...en el peor sentido de la palabra. No quería decirle "hechicera" porque le daría un halo enigmático que no merecía. Bruja...bruja...brújula...y él permanecía pegado, asido, adherido a ella como si estuviese imantado.
Era de esas mujeres de huesos grandes y movimientos casi varoniles, emanando sin embargo una sensualidad que ponía nerviosos a todos los hombres que se le acercaban y en estado de alerta permanente a las mujeres que les acompañaban.
No era una beldad, por el contrario, tenía un rostro adusto, un bigote incipiente sobre el labio superior que se negaba a depilar diciendo que era "su gancho". Piel blanca, con un tono perlado, y unas cejas gruesas que delimitaban y servian de marco a unos ojos negros "como paraparas-reía ella misma con su voz de bajo profundo".
Sus ojos eran su única belleza. Pero verlos era caer en un abismo profundo, profundo, que hacía olvidar el entorno y envuelto en el cual sólo se podía sentir el vértigo de la posesión repentinamente deseada.
Y él  había caido en ese abismo, víctima de esos ojos que no se cerraban ni siquiera en el momento del climax  en el cual las pupilas contraidas como dos puntitos casi invisibles parecían emitir destellos luminosos de chispeante color azul, dorado, malva...
Y era en ese momento y en el después, cuando ya la laxitud se apoderaba de cada músculo y de cada tendón que le corrían por el cuerpo escalofríos de dicha y de miedo porque era cuando pensaba que esto no podía ser real y de serlo no podía durar. Entonces apretaba los dientes, y apoyada la cabeza con fuerza entre los dos turgentes y sudorosos pechos dejaba escapar un alarido de triunfo, ansia, deseo satisfecho y miedo a la vez...que era como la señal que Helga esperaba para comenzar otra vez los juegos preparatorios del siguiente round que lo dejaba esta vez sí, totalmente sin fuerzas y desmadejado sobre la cama revuelta, en cualquier extraña posición, mientras ella, sorbiendo algún jugo de fruta -era totalmente abstemia- le observaba con esos ojos increíbles y un gesto de burla en sus labios.
FUENTE DE LA IMAGEN: http://epicospensares.blogspot.com/2007/08/mrame.html

MARÍA EUGENIA Y EL PÀJARO QUE NO ENTRÓ






Por: María Teresa Fuenmayor Tovar

María Eugenia se angustió cuando en POR QUÉ VOLAR AL SUR vió que Maura decía su parlamento y se quedaba a la espera del pájaro azul que tenía que entrar por la esquina izquierda del escenario.
Maura, a pesar de ser casi una aficionada en las tablas, se las arregló para alargar un poco la escena a sabiendas de que el público, por no haber estado presente en los ensayos y por tratarse de una obra de estreno, aún tardaría un poco en notar que algo pasaba.
María Eugenia corrió tras bastidores y encontró el vestuario de Alexis abandonado de cualquier manera sobre una silla. No lo pensó dos veces, se lo puso y entró en escena.
Autora al fin y al cabo de la obra, dio lo mejor de sí y supo transmitir tanto sentimiento que el público terminó de pie ovacionando la obra, el vestuario, los intérpretes y sobre todo la actuación magistral de María Eugenia.
Al día siguiente comenzaría la gira por todo el país, y con ella su consagración como Dramaturga y Directora con “La Pequeña Compañía de Teatro”
Al término, dejó encargada de todo a Sayuri, su asistente japonesa, eficiente y responsable como pocas y se dirigió, furiosa, a casa de Alexis. ¿Qué se creería? ¿La versión masculina de una “Prima Donna”? Si pensaba que era imprescindible…
Subió las modestas escaleras que llevaban al altillo donde vivía el bohemio, entró sin llamar –Alexis mantenía siempre la puerta abierta- con mil reproches que murieron antes de salir de su boca. Un solo vistazo a la escena se lo explicó todo.
Alexis alzó la mirada, y acuclillado, sin moverse casi, le hizo señas de que guardara silencio…
Una hora después bajaba las escaleras reconciliada con la vida, serena, admirando a ese niño grandote que era Alexis y a la simpleza de su corazón…capaz de cambiar un momento de gloria por el momento glorioso de ayudar a una gata callejera a dar a luz.


Sitio web de la imagen: http://www.fotolog.com/adopciongatos/37468263