viernes, 30 de septiembre de 2011

EL CRIMEN PERFECTO

Por: María Teresa Fuenmayor Tovar
Despertó ese día -al fín-  con un buen tema in mente -después de todo quizá sí podría participar en el concurso de minicuentos-. No tenía la esperanza -ni siquiera el deseo- de ganar. Pero el que su obra fuera leída por otros era la respuesta a un deseo y un sueño largamente acariciados. Trataba de no pensar en que le leerían miembros de un jurado formado por literatos, personas cultas, verdaderos profesionales de las letras, que tal vez su obra sería más apreciada en manos de gente más sencilla, con menos kilometraje en cuestiones de lectura. Su familia lo apreciaría (por aquello de que en el pueblo de los ciegos el que tiene un ojo es rey), pero le daba timidez presentar sus escritos a su familia. 
Tenía tantas cuartillas llenas, tanto en prosa como en verso, desde hacía añales...pero ninguna cumplía con el requisito de máximo 2000 palabras de las bases del concurso. Su cuento más corto tenía cinco capítulos y ya en el primero en sólo dos páginas tenía 1502 palabras. Ese cuento le había gustado tanto que estaba añadiéndole personajes y subtramas con la idea de convertirlo en novela. Lo llevaba bien, pero ahora se le había trancado el serrucho. Había colocado a la heroína en tal atolladero que hacía un mes que ni miraba el cuento...sin saber cómo hacerla salir ilesa del lío. Ojalá pudiera arreglárselas sola-pensó- y que al ir a releerlo me hallara con la sorpresa de que no sólo había soslayado la parte difícil sino que ya estaba a punto de resolver los problemas de las subtramas.
Sonrió de lo absurdo de su pensamiento. Hoy cualquier cosa le haría sonreir: tenía una buena idea, participaría en el concurso...
Desayunó apresuradamente y puso manos a la obra de inmediato. Haría un cuento de suspenso...algo policíaco...EL CRIMEN PERFECTO. Y sorprendería a todos: haría que cada personaje fuera muy, muy, muy sospechoso y cuando los lectores llegaran al final impacientes por saber quien era el verdadero culpable...les dejaría con la incógnita: en la última página escribiría: ...jamás se conoció al culpable. Ni yo mismo logré descubrirlo...a pesar de ser el escritor inventor de la trama. Ja, ja. Buena la haría. Claro que sólo lo leerían los miembros del jurado. Unicamente en caso de ganar sería publicado en el blog y leído en varios países...aunque fuera por pocas personas pero...en varias latitudes...No podía soñar tanto. Tal vez el jurado se compondría sólo de tres o cuatro escritores serios y eruditos...Bueh, igual, lo leería alguien además de él. Manos a la obra, pues.
Tenía el título, la intención y el último párrafo...además de la extensión...(máximo dos mil palabras). Comenzó a escribir: Lorena caminaba cabizbaja, retorciendo entre las manos crispadas un pañuelo. Sus ojos irritados y sus párpados inflamados eran señal inequívoca de una noche de desvelo y llanto.
-Hola, Lori, querida, dime qué te pasa hoy.
Fue apenas un susurro, reconoció la voz de inmediato y se estremeció. Miró en todas direcciones, menos hacia el seto de donde salía la voz. Nadie la observaba. Sus hermanos, enfrascados en su partida de dominó, no tenían cabeza para otra cosa. Su mamá se afanaba tratando de encender los reacios carbones para la parrilla de ese domingo.
Se detuvo junto al seto y para disimular se inclinó haciendo ademanes que hicieran parecer que se estaba atando las trenzas de sus zapatos deportivos.
-Otra noche de pleitos, gritos, ya no los soporto...nunca me habían parecido tan largas las vacaciones. Pensar que apenas estoy en medio de ellas. Desearía volver al internado hoy mismo. Al menos allá me rodean personas normales. Anoche pensé que terminarían matándose...”
No pudo continuar escribiendo porque llamaron a la puerta. Era para medir el consumo de electricidad. El encargado le recomendó que cambiara el medidor que ya era modelo muy viejo. Una escaramuza de discusión entre que si debía hacer él mismo la solicitud, dónde hacerla, cuánto le costaría, no tener tiempo para ello, tiempo perdido, tiempo perdido, tiempo perdido...Al fín se sentó nuevamente frente a su pc para continuar escribiendo acerca de los que la noche anterior parecían querer matarse:
“...debes llamar a la policía, Lorena, no reacciona y no creo que esto haya sido un accidente. Debemos llamar a la policía.”
Pero...¿Qué zipote? Estoy seguro que no fue esto lo que escribí. O...¿Será el stress? ¿Será que lo escribí y lo olvidé? Oh, no...arteriosclerosis o alzheimer...no. Nada de eso. Siempre he sido tan distraído, tan caído de la mata*. Déjame continuar...
“...-Por supuesto, eso haré, Edinson. Todo esto me parece muy extraño. ¿Qué hacía él a esta hora en este lugar en vez de estar en su trabajo...? Llamaré a la policía de inmediato...”
Otra vez la puerta, ¿Ahora qué? Cuando por fín tengo un tiempito para dedicarle a mi cuento...cuando me atrevo a faltar un miércoles al trabajo...cuando normalmente nadie visita esta casa. Santo Cielo...
Listo. Desconectó el timbre de la puerta y el teléfono, cerró las ventanas. “ No me pararé de acá hasta que haya terminado mi mini-cuento. Justo estaba Lorena a punto de llamar a la policía...”
“...Edinson, ¿Por qué pareces estar tan seguro de que fue Lorena quien lo mató?
-Porque hizo mucho énfasis en que él no debía estar a esa hora en ese sitio, que debía estar en el trabajo en ese momento...trató de hacerme sospechar de Adrián...se veía más preocupada en inculpar a alguien que triste por lo ocurrido...fue lo que me hizo sospechar...y recordé que una vez había mencionado algo acerca del crimen perfecto...”
No. Estoy plena y totalmente seguro que no fue esto lo que escribí. Tengo el cuento en la mente . No había ningún Adrián entre mis personajes...esto es muy extraño...demasiado extraño...
Volvió los ojos a la pantalla de su computer y pudo leer:
“...Lorena sonrió a su creador desde su mundo de letras y utilizando la T mayúscula a manera de martillo le propinó un golpe mortal en la sien.”
Trato de huir pero no pudo, sintió el impacto, el dolor lacerante en su sien y luego...nada en lo absoluto.
El creciente olor a putrefacción alertó a los vecinos. Cuando la policía se apersonó en el lugar y derribó la puerta de entrada el terrible olor se pudo sentir varias manzanas a la redonda. La casa fue fumigada al igual que las inmediatamente vecinas. El reporte de la autopsia fue básicamente  -palabras más, palabras menos, términos médicos más, términos médicos menos- “Muerte ocasionada por golpe con un objeto contundente en la sien derecha”. El arma homicida nunca fue hallada. El no tenía enemigos, casi no tenía amigos. No había señales de violencia o de robo. En el archivo MIS DOCUMENTOS de su PC encontraron un cuento de su autoría, un mini-cuento bastante insulso y mal escrito que concluía con estas palabras:
“...al día siguiente los periódicos reseñaron la muerte del novel escritor pero no en primera plana como quizá él hubiera deseado. Fue apenas un artículo mínimo opacado por las ofertas que en útiles escolares ofrecían las tiendas del centro. Del asunto no se volvió a hablar. Nadie pensaría jamás que el personaje de un cuento simple pudiera ser el homicida del escritor. Lorena había logrado al fín cometer EL CRIMEN PERFECTO".


*Caída de la mata: Dícese en Venezuela de la persona despistada.
Sitio web de la imagen: http://escritoresdelmundo.ning.com/profiles/blogs/el-crimen-perfecto

sábado, 17 de septiembre de 2011

SE VAN PASANDO LAS HORAS

      Por: María Teresa Fuenmayor Tovar
Se van pasando las horas,
las horas se van pasando.
Cálido aroma en la noche
febril aroma de nardos.
Estrellas que miran fijo
con su tenue luz de marzo.
senderos que se entrecruzan,
nadie que haya de cruzarlos.
Soledad en los caminos,
caminos llenos de espantos,
recuerdos que viajan solos...
¿Alguien querrá acompañarlos?
Se van pasando las horas...
las horas se van pasando...
y la noche me rodea
y me sumerjo en su manto.

Sitio web de la imagen: http://www.diarioimagen.net/?p=18388

viernes, 16 de septiembre de 2011

E G O I S M O

Por: María Teresa Fuenmayor Tovar
Por verdadera casualidad leì dos o tres de sus poemas, eran...maravillosos. Se lo dije, le dije que ya que no  tenìa medios econòmicos para publicarlos abriera un blog en la web y compartiera toda esa belleza. 
Se molestó muchìsimo por haber leìdo sus poemas sin autorizaciòn. Me dijo que no queria publicarlos en parte alguna por temor a ser plagiada.
 Pasò el tiempo que no perdona y un dìa mi tìa Inès amaneciò muerta. 
Despuès de la cremaciòn sus hijos fueron a poner orden en su casa, en sus cosas...
encontraron un baul grandìsimo lleno de cuartillas garabateadas...
"-¡Ay, para què guardarìa tanto papel!"
 Lo usaron para alimentar la chimenea en invierno.
 Sin leer una sola hoja.
 Todo quedò destruido. 
Imagino que estè donde estè se sentirà satisfecha...tal como ella quiso...nadie la plagiò.


Sitio web de la imagen: http://escritoresdelmundo.ning.com/profiles/blogs/egoismo-1

jueves, 15 de septiembre de 2011

TUS OJOS


Por: María Teresa Fuenmayor Tovar
Yo veo en tus ojos la alegrìa
que produce encontrarte con los mìos.
Es el disfrute mutuo en compañìa,
por eso es que suspiro y sonrìo.

Yo leo en tus ojos la tristeza
cuando alguna idea te preocupa;
mueves -involuntario- la cabeza
y tu voz, de tan queda, no se escucha.

Yo me miro en tus ojos,
meta y fuente,
de tantos sentimientos y memorias...

y al reflejarme en ellos
agradezco
haber sido -y ser parte- de tu historia.

Sitio web de la imagen: http://viky1955.wordpress.com/page/9/

ESTE SILENCIO MÍO


Por: María Teresa Fuenmayor Tovar
Este silencio mío
es lugar y es encuentro.
Renace en el olvido,
deslízase en el viento.
Encuentra en un latido
de amor ese contento
que hace cerrar los ojos
y mirar hacia adentro.

Este silencio mío
es lugar y refugio.
Aunque yo diga "mío"
bien sabes que es tuyo,
que solo con mirarte
como que me diluyo
y que de tanto amarte
tu voz es mi murmullo.

Este silencio mío
es lugar de ilusiones.
Conoce mil historias
de tantos corazones.
Ha escuchado existencias,
ha vivido canciones
y encuentra en tus vivencias
sonrisas y emociones.

Este silencio mío
que es tuyo, que es nuestro
que así aún sin palabras
expresa lo que siento
que mira hacia el ocaso
y es libre como el viento
¿Qué más puedo decirte?
Es todo lo que siento.

EL SECRETO



Por:    María Teresa Fuenmayor Tovar

Cuando guardas un secreto te preguntas
si alguien un día, tal vez, al fín lo sepa
y te pones el silencio como meta
y esperas se revele... nunca, nunca.

Cuando guardas un secreto te desvives
por mantener oculto lo pasado
y en eso a lo mejor te has esmerado
(y no conversas de ello ni lo escribes)

Sin embargo un secreto -cuando existe
y es algo importante- está latente
y tiene vida propia -aunque no creas-

y en ese devenir de sin razones
que a veces es la vida, las pasiones
en ese descubrirse  se recrean.
                             

HOY SUPE AL FÍN DE TÍ



Por: María Teresa Fuenmayor Tovar

Hoy supe al fín de tí
después de tanto tiempo.
También te supe triste
-y te creí contento-
Me extrañé al saber
que tanto sacrificio
por que tanto lloré
fué un esfuerzo perdido.
Y unidos en lo triste
de estar lejos los dos
continuamos buscando
el consuelo de Dios.
Pues aunque separados
aún estamos unidos
porque lo que sentimos
nunca lo hemos perdido.
Puede haber mil caminos
que siempre nos separen,
pero eres mi destino
ayer, ahora o más tarde.
Quizá en otra vida
en que nos conocimos
algo no lo impidió
y siempre nos quisimos.
Yo prefiero pensar
que en esa otra vida
despertaste mi alma
que en esta está dormida.
Porque me faltas tú
que eres quien me despierta.
¿Cómo puedo salir
si me falta la puerta?
Sigo escribiendo versos
juego con el Destino
confiando en que, tal vez,
te encuentre en mi camino.
¿Ahora, en esta vida?
Quizá... o tal vez en otra
¿Puede llamarse "viva"
quien tiene el alma rota?
A veces me recuerdas,
sé que piensas en mí
más como alguien lejano
"alguien que ya perdí".
Y sé que te preguntas
que qué me habrá pasado,
que por qué te dejé
por qué me he alejado.
Y en el silencio frío
que entonces te rodea
crees que este amor mío
fue tan solo una idea.
No podrás entenderlo
ni te puedo decir
que me llené de miedo
y que por eso huí.
Miedo de que me amaras
y que me lo dijeras
miedo a que tus palabras
al fín me convencieran.
Miedo de que vivir
la dicha de los dos
se basara en herir
quien al final te hirió.
Y por no traicionar
a quien te traicionó
por eso me alejé
y hoy...¡Sólos los dos!


DAME LA NOCHE

Por: María Teresa Fuenmayor Tovar

Dame la noche solitaria...la callada...
dame la noche de suspiros llena.
Dame la noche sencilla y complicada
dame la noche, la luna, las estrellas.

Dame la noche de silencios...de sueños...
dame la noche serena y recatada,
dame la noche de amores imposibles
dame la noche casta y apasionada.

Dame la noche, con ella tendré todo
pues ella es la eterna enamorada.
Dame la noche cómplice de caricias,
dame tu noche…no te pido màs nada.