domingo, 30 de octubre de 2011

ARSÉNICO



Por: María Teresa Fuenmayor Tovar

Seguía atacando la botella de ron, único recurso -estaba convencido- que tenía para mitigar sus penas. Quedaba aún otro...ese que no tenía marcha atrás...el del arsénico. Lo tenía en un frasquito "escondido - a la vista". Estaba convencido que si dejaba algo "a la vista" era la mejor forma de esconderlo...nadie repararía en ello. Así que el frasco con el arsénico se llenaba de polvo en el centro de la mesa de la cocina, al lado de la fuente con frutas plásticas (espantosas) sucias también y el frasquito en cuestión no era tomado en cuenta en las requisas familiares que se implementaban bajo la etiqueta de "limpieza general" cada vez que él se ausentaba del minúsculo anexo en que vivía.
Hacía mucho que había perdido la brújula de su vida, hacía años que no miraba hacia un norte...pero al menos -por ahora- no había perdido la razón.
Al principio las intervenciones familiares en sus dominios le molestaban. Reclamó, vociferó, amenazó...para nada, no le hicieron caso...entonces cambió su forma de verlo y lo tomó como diversión...sabía que buscaban dinero...no para quedárselo...no para robarlo....más que todo para saber cuánto le quedaba, dónde lo guardaba, de dónde se sustentaba...
El haber quedado discapacitado a los 21 años le habia vuelto la vida de revés...su afición al alcohol -ya incipiente- se acentuó, al igual que el misterio de sus recursos...¿De dónde provenían?
Su otra afición era...volver de cabeza a su familia...por ello lo que antes le molestaba era ahora su diversión: ausentarse por 2 ó 3 días, fingir que no notaba al regresar que habían registrado sus pertenencias...divertirse con sus expresiones perplejas al encontrar por acá y por allá los objetos más inverosímiles..."escondidos" donde él sabía que registrarían, mientras las cosas realmente importantes, por estar tan a la vista no eran notadas.
Una vez dejó un tutú (esa falda de tejido vaporoso y transparente de las bailarinas de ballet) color rosa "escondido" en su closet. En otra ocasión en el fondo de una gaveta encontraron una visa para Australia.
Doce cajas de condones de esos que son fosforescentes y traen distintos olores y sabores dieron lugar a miles de conjeturas...!!!
Un pasa montañas de los que sólo dejan al descubierto los ojos en un clima como el suyo de calor perpetuo les preocupó...eran sus pequeñas revanchas.
Sin embargo...habían días en los cuales miraba el frasquito de arsénico como la puerta para salir de este embrollo-
 Lo detenía el hecho de no tener certeza acerca de cómo sería el embrollo del otro lado. Sólo por eso seguía ahogando sus penas en el ron y jugando al gato y al ratón con su familia.

Ese día. cuando había pasado -hacía rato- el límite de tolerancia al ron, cuando en la botella quedaban apenas algunas gotas vió como su equipo de beisbol preferido perdía vergonzosamente contra su "eterno rival".
Su silla de ruedas chirrió al precipitarse a la cocina con velocidad desacostumbrada. Tomó el frasquito de arsénico y sin pensarlo más...se lo bebió TODO de un tirón.

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